ABUELO RICO. PAPA POBRE. Capítulo 1.

Solo pinceladas muy concretas y difusas recuerdo de mis primeros años. En casa de mi abuela paterna, mediodía de primavera del año 1.965 o 1.966 y llamar a la puerta un señor que portaba barras de hielo. En la calle un caballo con una bolsa de tela de saco colgada de su cara donde debía haber hierba fresca pues parecía masticar con afición. Este tiraba de un carro que acarreaba las barras de hielo que el señor había portado. Mi abuela me ofreció por primera vez una bebida denominada por ella "suau". Era una bebida compuesta por gaseosa, café y azúcar. Era una bebida parecida a la Coca-Cola y me gustaba mucho. Igual fue la primera semilla del mundo del café introducida en mi y fue por mi abuela. Recuerdo a mi abuela siempre con un cigarro en la mano.

Un patio con un recorrido lleno de escondrijos separaba la casa de mi abuelo de los talleres o naves industriales. Pocos recuerdos mas de esta época puedo recordar. Nosotros vivíamos en un edificio contiguo de cinco plantas el cual, al parecer, había construido mi abuelo para dotar a mi padre de vivienda propia. Solo las dos primeras plantas estaban terminadas y las tres superiores solo tenían la estructura principal.

Recuerdo viajes a la Seo de Urgel con estancias de dos o tres días y estar con mi padre en el aserradero jugando mientras él atendía sus supuestas obligaciones empresariales. Como he mencionado no tengo ninguna noción de ello.

Todo esto se deja de hacer y no tomo conciencia de ello pues no entiendo nada. Solo fotografías vistas posteriormente me harán tomar conciencia de que alguna vez ese mundo fue real.

En un momento determinado nos marchamos a vivir a Teia a una casa pequeña pero preciosa. En ese momento no sabía porqué. Después los acontecimientos posteriores definieron los motivos verdaderos de nuestra pequeña estancia en esa casita. Apenas tengo diez años y no me entero de nada.

Dos años mas tarde abandonamos esa preciosa casita con un gran extensión de terreno por otra también pequeña. Con un jardín ridículo y feo. No me gustaba vivir ahí. 

Desconozco los motivos de esos cambios. Solo se que mi padre le pide a su tía Carmina, hermana de mi abuelo, que medie con mi abuelo para que nos permita ir a vivir a una finca impresionante que mi abuelo tenía en la localidad de Santa Perpetua de la Mogoda (La Florida). Yo recuerdo ser testigo presencial de esa mediación. Mi abuelo asiente con la condición de que mi padre permita a mi hermano y a mi recibir instrucción por parte de mi abuelo los sábados. Esta situación dura seis semanas y mi abuelo fallece. En esas seis semanas algo encendió mi abuelo en mí. Pienso que puso la semilla de algo extraño. En la estancia corta en la casa de Teia recuerdo que mientras mi hermano montaba guerras con soldatitos, tanques y camiones. Yo montaba ciudades en miniatura en donde tenia mi empresita. De ella solía salir a hacer gestiones por la ciudad con un descapotable rosa acompañado de mi Marta imaginaria.  Mi empresita fabricaba palés. Yo no sabía en esa momento para que servía un palé. Esos recuerdos me vienen a la mente con una nitidez alucinante.

 De nuevo de repente volvemos a la casa que me vio nacer. Desde ese momento mi padre toma el control del gran patrimonio de mi abuelo y empieza el proceso de decadencia. Tira la casa de mi abuelo mediante una permuta. Se queda los áticos y los locales que no arrenda. Él afirma que no quiere alquilar viviendas a familias porque no pagan y luego hay que desalojarlos. Y los acaba vendiendo. El mismo proceso corrió la finca imponente de Santa Perpetua de la Mogoda. Hizo parcelas y las vendió. Lo mismo hizo con la casa principal y la casa del "mesover". Estuve con él haciendo muchas de esas transacciones. Recuerdo mi deseo de, a diferencia de mi hermano, desear acompañar a mi padre en todas las gestiones que hacia.