ABUELO RICO.PAPA POBRE. Capitulo 2.

Las primeras luces de una cualidad que me ha traído muchísima satisfacción dio su primeros pinitos a mi edad de diecisiete años. Antes cuando tenía dieseis había visto a mi hermano tocar los bongos con un grupo el cual tenía un batería incorporado. Aquello me cautivo. Yo no tenía ninguna noción de aspectos musicales pero ver a un tipo dando golpes con un par de palos y pies me pareció fascinante. 

Estuve durante un año dando la tabarra a mi padre para que me comprara una bateria. Posiblemente después de destrozar por desgaste un mueble bar, dos taburetes y un cenicero de metal que utilizaba de platillo. Finalmente mi padre me llevó a New-Fono, una tienda cerca del paseo Colón de Barcelona y me compró mi deseada batería. Evidentemente la decepción. Pago por una batería simple, yo quería un Ferrari de las baterías, quince mil pesetas. La mas barata que había y de segunda mano. Ahora le agradezco ese gesto pues no supe en aquel momento valorar su decisión. Yo era un mocoso caprichoso con aires de grandeza y nada mas. No pude leer que mi padre con aquel gesto demostraba que me quería muchísimo mas de lo que me merecía.

Empecé a tocar mas y mas. Dos años mas tarde me compré con dinero ganado trabajando recogiendo fruta en Lérida y alguna ayuda de mi padre una batería mas completa. Y estuve tres años practicando cinco horas diarias  siete días a la semana. Quería  ser muy bueno y tocar con algún grupo de prestigio. 

Ahí mis primeras dosis de persistencia. Mis elecciones de aprendizaje no fueron muy buenas pero la persistencia en seguir y seguir se manifestó en este aspecto de mi vida por primera vez de una manera especialmente intensa.

Cuando murió mi abuelo y volvimos al domicilio paterno yo suspendí cuatro asignaturas del curso de cuarto de bachillerato. Y de una manera diplomática me expulsaron de los HH Maristas de Badalona. Repetí ese curso en el instituto Eugeni D´Ors en San Roque en Badalona. Era el único lugar donde se impartía este curso pues el plan de estudios había cambiado y mi quinta era la última del sistema anterior. Después intenté pasar al BUP pero no me adapté. Lo dejé y mis padres se esforzaron para que mediante profesores particulares yo terminase quinto y sexto de bachillerato por libre del antiguo sistema. Durante dos años eso fue vigente y lo pude aprovechar. Desde aquí gracias a mis dos profesores Lorenzo y Carlos.  Se que fui un alumno difícil, pesado y hastioso pero ellos me llevaron al objetivo.

Paralelamente como tenía cualidades artísticas, aunque no me gustaba, mis padres me matricularon en la Escuela de Artes y Oficios Massana. Yo pensé que eso me liberaría de estudiar el bachillerato pero no fue así. Cinco años mas tarde era graduado en Artes y Oficios, había terminado COU y había suspendido cuatro veces selectividad. Una verdadera maravilla de individuo. Eso si con buenas habilidades tocando la bateria.

La mili: final de una etapa. Inicio de algo que todavía estoy intentando entender pero que a todas luces no cambiaría por nada.

Estoy solo. Sin papa ni mama por primera vez en mi vida. Las tres primeras semanas en el campamento se hicieron interminables. Desesperación absoluta. Llevaba tres semanas ya sin lavarme y andaba como un zombi. De pronto algo cambio. Mi actitud. Empecé a entender que tenía que aprender a manejar la situación y a controlarla. Ahí soy consciente que aparece mi enfoque mental. Quiero controlar todo y procuro ganarme el aprecio de superiores y compañeros. Aunque tengo mis rencillas con alguno y por defectos absolutamente míos. Ya hace tiempo que empecé a verlo con claridad.

Cuando termino la mili me pongo a estudiar como un loco para aprobar selectividad. Sufro mucho y me cuesta una barbaridad. Tengo muchas taras por mi historial estudiantil nefasto y mi dislexia  que dificulta todo aprendizaje. Pero consigo pasar finalmente por la mínima en la quinta convocatoria la selectividad.

Me matriculo en la escuela para ser profesor de EGB. Al terminar la escuela Massana me había emparejado con una chica mayor que yo que tenía  un entorno muy humilde y una filosofía de vida opuesta a la mía. Eso hizo que ella odiase a mi familia. Yo no entendía porque. Evidentemente eso de tocar la bateria era considerado por ella muy absurdo. Por eso me matriculé en la escuela de maestros para poder tocar la bateria durante los tres meses de vacaciones que los maestro tienen. Eso si que era absurdo. Durante el primer año vegetaba pero estudiaba y encontré trabajo en un restaurante tocando en bodas y celebraciones. Lo ODIABA. No lo podía soporta e incluso deseaba romper mi relación con mi pareja pero no tuve valor.

En segundo de magisterio, mi pareja, cambia de categoria laboral y me dice que soy un freno para sus expectativas. Y me deja. Fantástico. Yo ya estaba perdidamente enamorado de Marta Oller. Ello facilitó mi aproximación eterna a mi compañera infatigable de vida.