MIS PRIMEROS INTERROGANTES.

 Me gusta mucho una frase de Steve Jops que dice que solo podemos hacer conexiones 

mirando hacia atrás no hacia el futuro. Antes de los catorce años yo ya era un pésimo estu-

diante con ciertos problemas de disléxia que dificultaban todo aprendizaje. Al no tener

calificaciones óptimas me expulsaron de los HH Maristas diplomáticamente suspendiendo

yo cuatro asignaturas. Como decían que tenía cualidades artísticas una tía de mi padre

propuso que hiciera una prueba en la Escuela de Oficios Artísticos Massana. Pasé la 

prueba y automáticamente mi mente prepotente pensó que la Capilla Sixtina de Miguel

Ángel sería la segunda obra de arte mejor considerada después de la mía. Pero nada más

lejos de la realidad. Todos los miembros de la escuela eran tan soñadores y marginados

como yo con lo que pronto deje mis aspiraciones mentales para centrarme en las joven-

citas de 18 y 19 años que a mi con 14 me volvían loco.  Para colmo mis padres se ha-

bían empeñado en que terminara el bachillerato para optar a una carrera superior. Así

fue. Con profesores particurales y mucho esfuerzo por parte de mis padres termine el

bachillerato y el graduado en artes aplicadas al mismo tiempo antes de los 19 años.

A los 17 años empece a tocar la batería con el sueño de ser un gran instrumentista 

estudiando autodidacticamente durante más de dos años cuatro horas diarias siete

días a la semana. Después de terminar COU siendo , como he dicho , mal estudiante

suspendo cuatro veces selectividad y marcho a cumplir mis obligaciones como solda-

do para con la patria. Ahí se produce mi primer cambio de valores. Mis padres no

estaban para quitarme las castañas del fuego. Empiezo a aprender a negociar con los

superiores para obtener situaciones de privilegio. Cuando termino la mili me pongo 

a estudiar como un loco superando miles de deficiencias y consigo aprobar la selec-

tividad. Estudio magisterio porque es una carrera corta donde los maestros tienen

tres meses de vacaciones y eso me permitiría tocar la batería en verano. En la escue-

la Massana me empareje con una chica mayor que yo con una mentalidad de emplea-

da que odiaba a mis padres por su tipo de vida. Yo no me enteraba de nada y me limi-

taba a estar de manera pasiva en todos sitios como un zombi. Me emparejo con esta

chica justo después de terminar a los 19 años artes aplicadas . Un año después mar-

cho a cumplir el servicio militar y de vuelta empiezo magisterio después de pasar por

la mínima la selectividad y empiezo a tocar en bodas y fiestas en un restaurante de

Barcelona. Es lo que tocaba hacer según mi pareja. Yo lo odiaba. En segundo de ma-

gisterio mi pareja del momento que trabajaba desde los catorce años en una empresa

sube de categoría y me comenta que soy un freno para sus aspiraciones laborales.

Nuestra relación que no era fruto de un amor verdadero se rompe . Yo paralelamente

en segundo de magisterio había visualizado a mi compañera ideal y estaba loco por

ella .Verla fue como si 1.765.344 flechas de cupido se me hubiesen clavado al mismo

tiempo . Y lo curioso. A ella se le clavaron 324.288, menos pero las suficientes para 

mantenernos unidos en un viaje que todavía no había empezado pero que hoy día se-

guimos haciendo y donde no aparece ni un ápice de deseo por terminar.

Al acabar magisterio empiezo a dar clases en un colegio. Ya había dejado las bodas

musicales justo después de que mi pareja formalizara la ruptura. Gracias al apoyo in-

condicional de la que sería mi mujer contacto con una gente del mundo musical que pre-

tende hacer un proyecto de raíces catalanas y me embarco. Paralelamente convenzo

a mi mujer, a su hermana y a mi cuñado, al verlo en el colegio donde yo trabajaba, que

montasen las hermanas un parvulario, ya que a las dos les encantaban los niños.

Yo no soportaba dar clases en el colegio y me matriculo en la facultad de bellas artes pen-

sando en que si tenía que terminar dando clases. En un instituto se pagaba mucho mas.

 Pero yo quería como mi mujer mi propio negocio y en segundo de carrera encuentro

un negocio con poca inversión. Dejo el colegio y empiezo el negocio. Mientras constru-

yo el negocio termino la licenciatura en bellas artes y el proyecto musical tiene un rela-

tivo exito : cuatro discos, un concierto en TV3, Grec, Merçe, Olimpiadas 92 etc.

 He tenido la necesidad de contar esta historia para trazar paralelismos con las dos

grandes dualidades que Robert Kiyosaki define como las que alinean a las personas

en el mundo . La visión de papa pobre y la visión de papa rico. Yo quisiera hacer men-

ción al canto de la moneda de esta dualidad. El rico puede situarse en el canto y pen-

sar en soluciones para ambos lados . El pobre solo ve la cara opuesta por una lectura

materialista de su situación: yo no tengo como el que está en el otro lado, el rico.

 La persistencia creo que es mi mayor cualidad. Jamás abandono. No podía entender

porque una persona ponía el precio a otro llamándole nómina. En base a que podía

exigir un mayor salario.¿ Porque estaba mejor preparado?. ¿Porque quería hacer frente

a unos gastos que todavía no tenía a los cuales consideraba que tenía derecho?.

¿Porque mi primera pareja odiaba tanto a mis padres?. ¿Porque estuve dos años con

ella y no tuve las narices de romper yo la relación y tuvo que ser ella?. El tiempo me

ha enseñado que estas y muchísimas más preguntas tiene su respuesta en las rela-

ciones que uno tiene con el dinero. Cuando acaricias de verdad las mieles de la liber-

tad financiera cada vez  ves mas que solo te relacionas con la cara opuesta a la riqueza

como relación necesaria por existente para consolidar tu permanencia en la cara de la 

riqueza. El sufrimiento está en la cara opuesta a la riqueza y solo un cambio de visión

y de mentalidad podrá hacer salir a los interlocutores de su situación de pobreza mental

para llevarles a la riqueza material y espiritual.

 Durante años pensé que la formación superior estaba relacionada con el liderazgo em-

presarial. Como si fuera el estado el que te titulara para poder ser empresario. Por con-

tra cuando alguien de tu entorno gozaba de éxito empresarial siempre se decía ,sin 

excepción, que era una persona sin estudios y de orígenes humildes. ¿Porque entonces

mi mente sacaba estás deducciones tan opuestas a la realidad?. La presión del entorno

por mantenerte aplastado en el fondo de la cadena alimentaria conseguía efectos devas-

tadores. ¿Porque esas personas de poca formación y de origen humilde conseguían su-

ños tan grandes? . El sistema educativo te conduce a crear la mentalidad de que la carre-

ra corporativa es la opción mas razonable para todo el mundo. Por tanto un excluido 

del sistema educativo ha tenido la suerte de no verse contaminado por la visión unilateral

del mismo y ha primado sobre todas las cosas un instinto de supervivencia y creación

a veces de resultado espectacularmente exitoso.

 Recuerdo el cuento de una campanero de un remoto pueblo que no sabía ni leer ni es-

cribir. Después de veinte años le obligan a opositar por la plaza . Al exponer que no

sabe ni leer ni escribir es despedido. Marcha a la capital y se hace limpiabotas y poco

a poco progresa hasta llegar a tener su propia crema para los zapatos y exporta y

monta fábricas en el extranjero. Un día en una rueda de prensa donde se le había 

presentado como un espectacular caso de éxito un periodista le preguntó: Si sin

saber leer ni escribir usted ha construido todo ese imperio. ¿Que hubiese hecho si

hubiese aprendido a leer y a escribir?. Él le respondió : hubiese sido campanero.